Cigarrillos ocultos, y sencillos movimientos,
relajarse, aflojarse, suavizarse...
figuras y contornos que excitan
la noche.
Fractales desdibujados entre demasiada
humanidad, búscame un cigarrillo,
busca el secreto en la espiral, al final
la tercera dimensión de lo sexual...


Dos columnas salomónicas quiebran
caen sin remedio, la pentábolis bíblica
ha sido sodomizada entre sudor
y jadeos, la condena eterna ha sido
dictada...

Ángeles y demonios, preguntaron
-¿Dónde están los hombres que vinieron
a pasar la noche a tu casa?
¡Qué más nos falta por ver!

Espadas de fuego rasgan aquella
eternidad prometida, alas de ángel
rendidas a la belleza de lo prohibido,
cuerpos blancos y puros mancillan
aquello que fue escrito...


La mirada prohibida petrificó
la humanidad...
¿Dónde está aquella tierra prometida?
Ángeles y demonios en la oscuridad
de aquella noche fueron humanos,
lo divino pereció...