Un personaje misterioso

Efectivamente, se paseaba por la feria medieval con su loco cacharro rodante, cargado de incontables cacharros, así que solo por ir descubriendo lo que llevaba ya atraía la atención.

Sí, al menos no era lo contrario, como dulce y alegre como de dulzaina.

Cargado a tope, sí todo menos el fregadero. Recorría la feria y concitaba la mirada de todos, de abuelos a nietos. Solo para ir descubriendo sus artilugios ya tenía al publico sobre si y mirando al detalle no terminabas de descubrir nuevos adornos. Tocaba la dulzaina lo que servía para abrirse paso entre la muchedumbre y llamar más la atención. Buen día, Rosa.

Buen día, Ulrich.